Dejar de pagar la hipoteca

Dejar de pagar la hipoteca es una de las peores decisiones que se pueden tomar.

Pero por desgracia, muchas familias se ven obligadas a tomarla debido a la crisis económica que azota nuestro país. Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde el comienzo de la crisis, en el 2007, hasta el primer semestre de este 2012 se han producido casi 400.000 ejecuciones hipotecarias, es decir, procedimientos judiciales que dan pie al embargo y a la subasta de la vivienda.

El procedimiento de ejecución hipotecaria se puede iniciar tan sólo tres meses después de dejar de pagar las cuotas hipotecarias.

La ejecución hipotecaria supone la pérdida de la vivienda pero, en muchas ocasiones, con esto no se termina el problema. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, que con la entrega de la casa se salda la deuda, en España el préstamo hipotecario va contra la persona -contra sus bienes presentes y futuros- y no contra la vivienda.

De esta forma, si en la subasta de la vivienda el banco no consigue el dinero suficiente para cubrir la deuda, el hipotecado se quedará no sólo sin la casa sino también con una deuda pendiente de pagar a la entidad financiera. Para conseguir cobrar, la entidad no dudará en embargar sus otros bienes e incluso su nómina.

De ahí la importancia de intentar evitar por todos los medios caer en el impago de las cuotas hipotecarias. Lo primero que debería hacer si se encuentra en una situación económica complicada es acudir a su entidad bancaria e intentar negociar con ellos algún tipo de solución. Es importante tener claro, eso sí, que se trata de una negociación y que el banco sólo está obligado a cumplir con lo firmado en la escritura y el préstamo hipotecario. No obstante, y en la coyuntura actual, las entidades financieras suelen plegarse a encontrar soluciones ya que les interesa más cobrar que tener un cliente moroso.

Varias son las soluciones que puede negociar con su banco:
- Ampliar el plazo de amortización de la hipoteca.
- Negociar un periodo de carencia durante el cual sólo pagará intereses y no amortizará capital.
- Reunificar todas sus deudas en un sólo préstamo hipotecario.
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