miércoles, 2 de septiembre de 2009

Santiago de Compostela: Los especuladores animan el sector en busca de gangas inmobiliarias

Los compostelanos con ahorros en metálico aprovechan de nuevo el bajón de los precios para invertir

El panorama inmobiliario ha cambiado en muy poco tiempo y el ladrillo ha pasado de ser la gallina de los huevos de oro a un negocio en claro retroceso que ya ha tocado fondo tanto para los empresarios del sector como para los financieros, que se enfrentan ahora a tasas de morosidad inéditas en muchos años. Pero, ¿qué ha sido de aquellos que hace cuatro años compraron un inmueble pensando que con el paso del tiempo y «al cambio» se convertiría en una fuente de beneficios? Las constructoras no levantan cabeza, los bancos atraviesan una sequía crediticia nunca vista hasta ahora y a los especuladores no le salen las cuentas para poder vender los pisos que hace cuatro o cinco años compraron en algunos casos por más de 300.000 euros, una cantidad muy difícil de defender hoy en día. En su momento, la subida como la espuma de los intereses auguraba grandes ganancias para los especuladores, pero el crac inmobiliario no los ha dejado bien parados. Jesús Mariño, uno de los responsables de la inmobiliaria Metro Útil, asegura que «la gente compró muy caro y ahora los precios se mantienen muy poco. Es difícil vender por el mismo precio que hace cuatro años». Entonces, la lujuria por hacerse con un piso se convirtió casi en una moda a la que se apuntaron todo tipo de compradores que con o sin un respaldo que avalase el pago mensual del crédito hipotecario, se lanzaron de cabeza a la compra millonaria de un inmueble. «Se compraba de todo», aseguran desde la Inmobiliaria Rey.
En el caso de los pueblos dormitorio como Milladoiro, que experimentaron un fuerte crecimiento del ladrillo, el negocio inmobiliario «cayó en picado». Según esta inmobiliaria, «un piso que hace cuatro años costaba más de 180.000 euros ahora está en 150.000».

En pleno estallido del ladrillo, fueron muchos los que se lanzaron a la aventura «pensando que sería un no parar» y compraron pisos para luego venderlos. Ciudadanos con cierto poder adquisitivo y personas que podían presumir de contar con un puesto de trabajo fijo se embarcaron rumbo a la especulación esperando llegar a buen puerto, pero muchos se quedaron por el camino: «Algunos consiguieron vender, al rato ya estaban comprando de nuevo y ahora tienen embargos encima», explica Jesús Marino.

Ahora, con el negocio del ladrillo totalmente estancado, en el mejor de los casos se puede encontrar alguna «ganga de gente que está en apuros y vende a cualquier precio».

Por su parte, desde la Inmobiliaria Rey aseguran que los que ahora se dedican a la especulación son aquellos que «disponen de dinero, que no tienen ningún préstamo y quieren invertir». Lo que sí está claro es que el bum de la construcción «no volveremos a verlo», afirma este agente inmobiliario. No obstante, las agencias que resistieron se muestras optimistas y aseguran que el mercado vuelve a reactivarse y «se nota que los compostelanos vuelven a comprar -apuntan desde Metro Útil-. Es gente que vio que los precios no bajaban más y vuelven a adquirir pisos».


Fuente: http://www.lavozdegalicia.es

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