jueves, 1 de septiembre de 2011

Demagogia con la fiscalidad de la vivienda

Al guiño del presidente Zapatero a la banca y a los promotores de rebajar del 8% al 4% el IVA de la vivienda nueva hasta diciembre, se suma ahora el líder del PP, Mariano Rajoy, que promete estirar la medida un año más si llega a gobernar, aunque la reviste de un perfil más equitativo al aplicarla sólo a la adquisición de primera vivienda y con un límite de precio.

Rajoy también reiteró en el Congreso su promesa de recuperar la desgravación fiscal para la adquisición de vivienda que el Gobierno socialista eliminó para las rentas medias y altas en julio del año pasado. Como se ve, la vivienda sigue siendo presa fácil para la demagogia y el mercadeo electoral de los políticos.

Más allá de los incentivos fiscales que se mantienen para las rentas más bajas –hasta 24.000 euros–, recuperar la deducción por vivienda sería una equivocada involución, toda vez que por fin ha habido un Gobierno que se ha atrevido a eliminar un elemento distorsionador de los precios en el mercado inmobiliario.

En 1995 ya lo planteó el entonces ministro Borrell, pero hasta ahora ningún Gobierno se había atrevido a tomar la decisión por temor al coste electoral de suprimir una dádiva fiscal muy arraigada en la cultura española. Lo intentó Rato en la etapa de Gobierno de Aznar y también Solbes en la primera legislatura de Zapatero. Pero todos desistieron.

Aunque no es ningún secreto, y así reiteradamente lo habían venido advirtiendo instituciones como la OCDE, el FMI o el propio Banco de España, que la desgravación fiscal por vivienda tiene sensibles efectos contraproducentes.

La desgravación por vivienda, más allá de que los compradores puedan percibir el beneficio de una engañosa ayuda pública, lo cierto es que lo que provoca es una mayor tensión en los precios del mercado y a la postre lo único que supone es un trasvase de recursos del Estado a los promotores, que aprovechan para repercutir en los precios los beneficios fiscales de los compradores.

El auténtico nudo gordiano de la honda fase de depresión que atraviesa el mercado inmobiliario no reside en este momento ni en los precios ni en la fiscalidad sino en la pertinaz sequía crediticia. De hecho, las pocas viviendas que se están vendiendo son las que tienen las entidades financieras y no siempre coincide con que sean las más baratas.

El mercado debe purgar los excesos del pasado y seguir ajustándose en precios, pero sólo cuando vuelvan a fluir las hipotecas se producirá la deseada reactivación.

Más allá del debate sobre la necesidad de estímulos para el hundido sector inmobiliario, lo cierto es que la supresión de la desgravación fiscal fue acertada, manteniéndola en todo caso para las rentas menos favorecidas. Recuperarla ahora con carácter general sólo constituye una cataplasma electoralista. No demos pasos atrás.


Fuente: http://www.expansion.com

No hay comentarios: